Sunday, December 31, 2006

Año nuevo

Fotografía por OnFocus Studio

Habíamos comprado una vela que era mitad blanca y mitad amarilla. La mitad blanca decía 1999, y estaba por encima de la amarilla, que decía 2000. Las instrucciones eran que había que prenderla a las 22, y a la hora 0, ni un minuto más, ni un segundo menos, pasaría del 1999 al 2000. Por supuesto que no funcionó, o quizás estaba programada con el horario de otro país que vió el milenio antes que la Argentina.

No recuerdo exactamente que había para cenar, pero si recuerdo que había mucho vino tinto, Fresita y champagne. Según me contaron, estuve gran parte de la noche discutiéndo con un imbécil que decía que el fútbol era arte. Pasión, entiendo. Pero arte? Creo que incluso me discutía que si el ballet era arte, también debía serlo el fútbol (basicamente, si una cosa que te hace transpirar lo es, debería extenderse a todas). Nunca comprendí como Noemí se relacionaba a veces con gente tan por debajo de ella, en inteligencia y en bondad. Noemí, capaz de inspirarte con una mirada lo que sea que necesites, comprensión, cariño, alegría, tristeza. No hay nada que no se pueda hallar en sus ojos. Noemí y sus manos grandes de ceramista, pero suaves de hada.

También estaban dos de mis mejores amigos desde pequeña con sus padres. No sé si ellos sabían que era una de las últimas cenas que pasarían como familia, antes del divorcio. Noemí me consultó si era una buena idea dejar la reproducción de La Ultima Cena en la pared del comedor. Miguel todavía era chico para que pudiera sentir por él lo que sentía por su hermano, que sólo tenía un año menos que yo. Durante toda la velada, cada vez que miraba a David recordaba el dolor del divorcio de mis propios padres, y sólo podía pensar en abrazarlo y llenarlo de besos, como me hubiera gustado que alguien hiciera conmigo. Pero con mis 16 años recién cumplidos, todavía no podía dejar de lado mi primer beso, que él me había dado tres años antes, y durante mucho tiempo no pude acercarme ni mirarlo realmente a los ojos.

Luego de la cena, y apenas después de las 12, salimos a la plaza a encontrarnos con todos nuestros amigos. Matías y Nicolás seguramente tendrían que volver a sus casas, sus padres no los dejarían estar toda la noche fuera. En nuestro grupo, había en realidad 3 grupos. Miguel y David, Matías y Nicolás, eran entre ellos todo lo que necesitaban. Estaban ahi para cuidarse el uno al otro, y siempre seria así sin importar lo que sucediera. Julio y yo ibamos solos. Por eso siempre nos entendimos con la mirada, mientras los otros se hablaban entre ellos sin pudor de lo que sentían, bien sabíamos él y yo que aún no podíamos confiar en las palabras. Cuando nos mirábamos nos decíamos más de lo que la mayoría de la gente comunica en toda su vida. Habíamos planeado subir por un sendero en la montaña hasta una de las torres del teleférico, y esperar allí arriba hasta ver salir el sol.

Antes de subir Charly nos trajo botellas de sidra, absolutamente borracho, y queriendo ser uno más entre nosotros, que sólo podíamos mirarlo como a un adulto triste que intentaba tomar nuestra juventud por asalto. En la montaña hacía frío, y nos sentamos cerca para mantener el calor entre nosotros. No recuerdo de que hablamos, pero si que cuando ya había aclarado y todos querían bajar, me encapriché con querer ver el sol y no sólo la luz. Creo que sabía que bajaríamos y nada sería igual. Arriba en la montaña nuestra felicidad o tristeza dependía de nuestras propias acciones, y nadie podía lastimarnos. Abajo nos esperaban las separaciones, los divorcios, las tristezas. Mi regreso a Buenos Aires comenzaba su cuenta regresiva, y no los volvería a ver hasta el siguiente año. Arriba empezabamos a divisar lo que sería ser adultos. Abajo eramos todavía niños.


2 comments:

Anonymous said...

recuredo una vela así. decía 2003/2004.
me olvidé de encenderla.

Silvina said...

Hola, como estas?, encontré tu espacio en buzear, y me parecio interesante chusmear y me ha gustado te invito a visitar el mio, y saber claro si te gustó, ya verás, tenemos por lo pronto 2 cosas en común. Saludos.
http://conmiacento.blogspot.com yo volveré por acá a seguir conociendo algo mas de lo mucho que hay por ver y saber.